El ingeniero Aníbal Pazos cuestionó duramente las maniobras políticas para extender los mandatos en la provincia de Buenos Aires. Afirmó que “la continuidad sin alternancia se convierte en costumbre, y la costumbre en impunidad”.
El debate sobre las reelecciones indefinidas en la provincia de Buenos Aires volvió a tomar protagonismo. Si bien en los últimos años se limitaron los mandatos consecutivos para intendentes, aún persiste la posibilidad de reelección sin restricciones para diputados provinciales, senadores, concejales y consejeros escolares.
En ese contexto, el ingeniero Aníbal Pazos expresó su preocupación por la falta de renovación en los espacios legislativos y deliberativos. «El problema no es la continuidad en sí. El problema es que la continuidad sin alternancia se convierte en costumbre, y la costumbre en impunidad», sostuvo.
Pazos criticó la permanencia de funcionarios durante décadas en cargos clave, sin que exista una verdadera evaluación por parte de la ciudadanía. “Hay concejales que llevan más de 20 años sentados sin que nadie pueda recordar un proyecto relevante que hayan impulsado”, remarcó.
También se refirió a las estrategias utilizadas para eludir los límites legales: “Y cuando la ley les impide reelegirse, el atajo se vuelve familiar: aparece la esposa, el hijo. No se trata de renovación, sino de nepotismo encubierto”.
Actualmente, la normativa vigente establece que los intendentes bonaerenses no pueden presentarse nuevamente en 2027 si ya fueron reelectos. Esto dejaría fuera de competencia a 82 de los 135 intendentes, entre ellos, figuras históricas como Mario Ishii (José C. Paz), Juan José Mussi (Berazategui), Mayra Mendoza (Quilmes), Miguel Lunghi (Tandil), Pablo Petrecca (Junín) y Ricardo Curutchet (Marcos Paz).
Para Pazos, la cuestión excede lo legal y se adentra en lo ético: “La democracia se basa en la posibilidad de elegir, pero también de alternar, renovar, oxigenar”. En ese sentido, destacó que avanzar en la limitación de reelecciones para todos los cargos es indispensable para evitar que los espacios institucionales se conviertan en “clubes cerrados de privilegiados”.
El proyecto que apunta a establecer límites para legisladores y concejales ya cuenta con dictamen favorable en comisión del Senado bonaerense y podría ser tratado próximamente. “Porque el poder, cuando no rota, se oxida. Y cuando se oxida, deja de ser democrático”, concluyó.